En Los Estados Unidos existen alrededor de 15.645 distritos escolares, que es la forma habitual de agrupación de un número de colegios por zonas, y que suelen estar regidos por entre 5 y 7 miembros que eligen los residentes de cada comunidad. Los distritos escolares son los encargados de recaudar los impuestos necesarios para su financiación, construir los colegios, determinar los contenidos de los planes de estudio, contratar a profesores y personal no docente y supervisar la vida diaria de los centros. La amplia discrecionalidad concedida a los distritos escolares permite que la educación pública en Estados Unidos responda muy fielmente a las necesidades de cada pequeña comunidad.
El número de colegios públicos de secundaria en Estados Unidos asciende a un número de alrededor 27.000 centros, mientras que los colegios privados rondan los 11.000. Algunas organizaciones de colegios como la de los colegios católicos de la Catholic Church agrupan a 1220 centros.
El objeto de nuestros programas normalmente se basa en los últimos años de la educación secundaria, la comunmente conocida como High School, y que comprende los Grados 9 al 12 ambos incluidos de la educación americana previa a la universidad. Estos 4 Grados además tienen una denominación particular que los identifica de la forma:
La Constitución norteamericana deriva la responsabilidad de la educación de los menores a los diferentes estados (es algo similar a nuestra administración educativa por parte de las Comunidades Autónomas españolas). El gobierno federal (o central) apenas posee competencias en el área educativa. Prueba de ello es que el Departamento Federal de Educación fue creado recientemente en 1979, con funciones meramente consultivas o limitadas a la concesión de ayudas económicas. El hecho de que cada estado posea su propio Departamento de Educación responsable, junto con las autoridades escolares locales, de la educación en su territorio, y ello es la causa de la característica más significativa del sistema norteamericano: su diversidad.
Pese a ello, el sistema mantiene unos rasgos uniformes teniendo siempre presente que los esquemas centralistas a los que estamos acostumbrados en Europa no son trasladables a Estados Unidos.